La mujer, ayer hoy y mañana

Haydeé Kohan, APA

Cada vez hay más autores que señalan que el patriarcado no fue el primer modo de organización de la humanidad. Consideran que hubo miles de años de matriarcado en que no se captaba la participación del varón en la gestación y la mujer era el sexo dominante. Sería una época en que no había escritura ni se poseía el habla, y la proto-humanidad se guiaba por los sentidos. Freud alude a esto en Moisés y el monoteísmo También en un escrito inédito.1

Se conjetura que el varón acuciado por la necesidad de descubrir la relación entre la cópula y la maternidad aguzó su intelecto, lo cual, sumado a su fuerza física y su habilidad para la caza, lo transformó en el sexo dominante. De ahí en más, extendió su captación a todo lo abstracto, la muerte, la vida, el paso del tiempo.

Este tema nos atañe ya que existen relictos del matriarcado en civilizaciones que aún subsisten. También a nivel de patologías, disposiciones, leyendas, tabúes y en los recovecos de nuestro inconsciente.

Según los entendidos, sociólogos, antropólogos lo que se mantiene en todas las civilizaciones matriarcales o patriarcales, es que las condiciones del amor son inherentes a cómo está distribuida la capacidad de aportar riqueza. El género que produce más bienes es el dominante y a su vez el que tiene orgasmo, el que elije pareja, en cuya casa se vive, el que asume el linaje. Recordemos el Primer Testamento en que Jacob debió trabajar 7 años para poder casarse con Raquel y luego otros siete para casarse con Lea, en casa de su suegro Labán.

El descubrimiento del arado que agilizó la agricultura y las armas que facilitaron la caza inclinaron los hechos hacia el patriarcado.

La organización matriarcal retorna distorsionada cuando se dan las mismas condiciones que la generaron: crisis económicas en que los varones faltos de trabajo emigran a otras comarcas en busca de mejores perspectivas y el grupo de mujeres vuelve al trabajo artesanal o al trueque y a ser la mujer jefa de familia.

Podemos considerar que el temor actual del varón conviviendo con mujeres poderosas, subsiste en el inconsciente colectivo y determina incluso la elección de pareja. Hay hombres que buscan mujeres indefensas, con limitaciones, mujeres -niñas, rebajadas, fáciles de dominar o eliminar.

En los escritos de Plinio (Roma 25 D. C.) leemos que los Pelasgos llegaron a Grecia desde Palestina antes del 3500 A. C. En esa época no había escritura y lo que nos ha llegado es a través de dibujos de pantomimas rituales en utensilios y cavernas. Sus temas inequívocos son actos de magia propiciando la fertilidad y la protección del lugar sagrado donde la Reina cuidaba el tizón encendido bajo cenizas, antes del manejo del fuego. La Diosa-Reina elegía un amante que era sacrificado al final del invierno para favorecer la fertilidad.

R. Graves inspirado en el estudio de los mitos homérico y órfico y basado en dibujos que se hallaron en jarrones, y cuevas ensalzando la maternidad refiere en “La Diosa Blanca”

En el mito pelasgo de la Creación, Eurinomo era la Diosa de Todas las Cosas:

“Surgió desnuda del caos y con sus pies separó el mar del firmamento. La Serpiente Orfeón se enroscó sobre los miembros Divinos y el Viento Boreal fertilizó a la Diosa que a su debido tiempo puso el Huevo Universal. Cuando Orfeón reclamó su parte en la Creación, Eurinomo le aplastó la cabeza y lo desterró a las oscuras cavernas subterráneas.”

Como todas las cosmogonías primitivas esta tiene que ver con la Naturaleza y sus cambiantes circunstancias. Orfeón es el Sol que en invierno se sumerge en las “oscuras cavernas subterráneas.” Eurinomo la luna permanentemente en el firmamento.

Estamos refiriéndonos a hechos acontecidos hace más de diez mil años. Pero pareciera que la huella grabada en el cemento blando de la historia, hubiera permanecido y mantenido su vigencia (Siglo XIII a C).

Al lograr tallar la piedra se accede a la escritura. Las invasiones aqueas del 1200 a. C con su fuerza civilizadora debilitaron la tradición matrilineal y en la época de La Ilíada el varón era el sexo dominante. Aparecen figuras transicionales como Palas Atenea naciendo de la cabeza de Júpiter. Luego la mujer se va degradando en Afrodita a quien se le prohibía trabajar.

En la Ilíada Ulises destruye Troya y en la Odisea Penélope lo espera tejiendo.

Si recorremos lo acontecido con la mujer desde los antiguos griegos a nosotros vemos que todo se orientó a aislar y limitar a la mujer. Pausanias (Banquete) propiciaba el amor masculino como lo más puro y denostaba el amor a la mujer. Durante la Edad Media se prohibió el placer matrimonial (In propia uxore adulter). En el Renacimiento la mujer era un mero adorno (“Donde no hay nada cabe imaginarlo todo”).

La era victoriana nos interesa particularmente porque además de otros descubrimientos que también cambiaron al mundo vio el surgimiento del psicoanálisis. Fue la época de mayor polarización hombre-mujer Los grandes hallazgos electricidad, telegrafía, Darwin, Einstein, Koch, Pasteur hicieron que el hombre deviniera “Super hombre”.

La mujer en cambio resultó marginada y encasillada Estaban las mujeres alegres que satisfacían al buen padre de familia, representantes de lo prohibido y, por otro lado, las mujeres virginales, insatisfechas amas de casa dedicadas a la cocina, los niños, la Iglesia.

Éstas serían las que un comienzo acudieron a Freud en busca de respuestas: Ana, Catharina, Irma Elizabeth, Dora.

Fue la pluma de los grandes poetas la que redimió a la mujer o por lo menos la visibilizó. Flaubert creó a Madame Bovarie que se da muerte por no poder afrontar sus deudas. Ana Karenina engaña a su marido con un apuesto oficial, y se tira bajo un tren. Margarita Gautier con su tuberculosis y su solitaria y silenciosa agonía.

Poco a poco se produjo el acceso de las mujeres a las Universidades, los gobiernos. Aparecen Madame Curie, Premio Nobel 1912, o Indira Gandhi preside la India. Quisiéramos decir que el panorama cambió radicalmente. En parte fue así, pero las leyes tardaron en establecer las vallas defensivas para preservar a las mujeres.

En el final de la Segunda Guerra, 1944, la violación de mujeres y su posterior asesinato no estaba tipificado como crímenes de guerra. Recién en la contienda racial de Bosnia Herzegovina de hace quince años se condenó a soldados u oficiales, por esos delitos.

Actualmente en la Península arábiga se practica en las niñas la resección del clítoris y los labios (infibulación) cosiendo y dejando un orificio para que lleguen “puras” al matrimonio. En China comunista hasta hace poco se practicaba el infanticidio de nenitas.

¿Ha cambiado en algo este panorama? No parece. El femicidio en el mundo se lleva a muchas mujeres en la plenitud de su existencia. Lo que antes eran. infecciones, embarazos múltiples, descalcificación, hoy se convirtió en incendiarlas, acuchillarlas o verse obligadas a un aborto séptico. Incluso mujeres privilegiadas con altos estándares de vida pueden sucumbir en el seno de la familia por métodos sofisticados.

¡!Pero detengámonos ¡!Todo esto es historia ¡Ya estamos en la era de los robots, que ni Madame Sevigné ni George Sand ni Simone de Beavoir pudieron sonar!! Ni una menos ¡!! “Mee too”!! ¡Ya no somos obligadas a prostituirnos por un papel en un film, o no intentan deshacerse de nosotras como vemos a diario en los matutinos. ¡Esto hoy no ya no podrá ocurrir!! ¿O me estoy engañando”? ¿O estoy negando una difícil realidad?

Solo me resta recordar un corto que vi en la Tele en que un ratón de carne y hueso jugaba con un hermoso gato, se le subía a la cabeza, correteaban rodaban … El mensaje decía “La mejor manera de vencer a un enemigo es hacerlo tu amigo”.

Bibliografía

  • 2014 Dumas, A. La Dama de las camelias, Losada
  • 2013 Flaubert, G. Madame Bovary, Panguin Clásicos.
  • 1910 Freud, S. Un tipo especial de elección de objeto en el hombre Amorrortu, T XI p. 155 Buenos Aires 1976.
  • 1912 Sobre la generalizada degradación de la vida erótica, T XII 169.
  • 1915 Sinopsis de las neurosis de transferencia facsímil, Grubrich Simitis p 69-85.
  • 1939 Moisés y el monoteísmo, TXXIII p 7
  • 1995 Graves R. Los mitos griegos Alianza Editorial.
  • 1952 Homero La Ilíada, Ediciones Jackson.
  • 1977 Homero La Odisea, Bruguera España.
  • 1952 Ibsen, H. La dama del Mar, p. 1465, OC Aguilar Madrid.
  • 1977 Irigaray, L. Ese sexo que no es uno Saltés Madrid 1987.
  • 1988 Kohan Haydeé ¿Quién le teme a Palas Atenea?, Revista APA T. XLV p. 561.
  • 1952 Platón: Banquete Diálogos socráticos, Ediciones Jackson.
  • 1998 Roudinesco, E, Nuestro lado oscuro, Anagrama 2009.
  • 1980 Sade, Marqués Las Ciento veinte noches de Sodoma, Fundamentos Madrid.
  • 1959 Tolstoy, L. Ana Karenina OC T II p 9 Aguilar Madrid.
  • 1903 Weininger, O. Sexo y Carácter Losada 1942.

Referencias

  1. Ver Freud Sinopsis de las Neurosis de Transferencia.