La Belle Époque y el Art Nouveau en Viena

Ricardo Glan, Director de Mediación Cultural de Ciencia y Arte (MCCA)

Un retrato social y cultural de Viena –y en general del Imperio Austrohúngaro– en los años previos a la Primera Guerra Mundial es denominado la Belle Époque o Fin de Siècle.

La vida cotidiana de los vieneses no solo se regía por las relaciones diplomáticas entre potencias durante la Paz Armada, sino también sobre una serie de ilusiones, inquietudes, progresos, desigualdades y crisis de valores, de formas estéticas tan propias de una época en constante cambio –entre el Antiguo Régimen y la modernidad– que producía al mismo tiempo fascinación y vértigo.

Posiblemente este período comenzó antes del 1900, año en que Sigmund Freud publicó la Interpretación de los sueños.

En ese año, el imperio Austrohúngaro era la segunda potencia europea con más población después del imperio alemán. Austria-Hungría era gobernada por la milenaria dinastía de los Habsburgo, bajo la forma de monarquía con un parlamento sin fuerza alguna, o sea, prácticamente una monarquía absoluta.

Hubo una relación constante del imperio austrohúngaro entre el Antiguo Régimen y la modernidad.

El Imperio Austrohúngaro tenía un carácter plurinacional y multiconfesional albergando en sus territorios un gran número de identidades nacionales y étnicas: austríacos (también catalogados como alemanes), húngaros, checos, eslovacos, polacos, rutenos, eslovenos, serbocroatas, italianos, bosnios y rumanos, entre otros. Cada una de las identidades disponía del estatus jurídico de “nacionalidad”, siendo compatible con el estatuto de ciudadanía del imperio de los Habsburgo.

Además, había otro tipo de identidades étnicas y religiosas como las de los judíos y de los gitanos quienes eran catalogados jurídicamente como miembros de algunas de las naciones mencionadas.

Aún así, difícilmente podría hablarse de una identidad supranacional “austrohúngara”, sino más bien de un mosaico de distintas identidades nacionales y religiosas amparadas por la monarquía de los Habsburgo.

También puede hablarse de coexistencia, de tolerancia y de antisemitismo dentro del carácter multicultural y multiconfesional del imperio austrohúngaro y, por supuesto, de su Capital, Viena.

El artificio predominaba sobre la naturalidad y las apariencias sobre la realidad.

El arte, la música, el teatro, la ópera, la danza, la filosofía y la psicología, no sólo disfrutaban de gran reconocimiento en la capital del Imperio Austrohúngaro, sino que, de hecho, la sociedad vienesa de fin de sciècle no puede entenderse sin manifestaciones estéticas en las principales disciplinas culturales y artísticas.

Es esa cultura estética la que define el curso de la vida de la gente vienesa convirtiéndose en una referencia estética y moral de excelencia, actuando como un fenómeno de masas que, si bien contaba con la burguesía, impactó también en las clases populares.

La devoción al mundo del arte y de la cultura no hubiese sido posible sin la involucración de la burguesía vienesa, especialmente la de origen judío.

La relación entre los valores políticos-culturales, el Antiguo Régimen y la modernidad podía verse también en las artes plásticas.

A partir de 1890 nació la idea de que un estilo de arte y diseño completamente novedoso debía anunciar el nuevo milenio. En ese entonces el mundo, los artistas y los diseñadores o bien asimilaban los nuevos descubrimientos, materiales y tecnologías, dando lugar a una era industrial, o bien rechazaban los artículos mecánicos y se resguardaban en el pasado.

El resultado fue el Art Nouveau, una combinación de una amplia gama de imágenes e ideas contradictorias expresadas por distintos profesionales alrededor del mundo. El movimiento del Art Nouveau buscaba crear un arte que fuera algo más que objetos para contemplar en las paredes, lo cual indujo a derribar barreras entre el arte y la artesanía.

El nombre de Art Nouveau deriva de la Maison de l’Art Nouveau, una tienda de diseño de interiores inaugurada en París en 1896 con el fin de promocionar el arte moderno. El estilo se dio a conocer en los distintos países con nombres diversos. En Alemania se lo llamó Jugendstil, en honor a una revista homónima. En Italia se le conoció como Stile Liberty, por un comercio londinense cuyo dueño tenía el apellido Liberty o también se lo llamaba Floreale. En Francia se lo llamaba Estilo Moderno ó Estilo Fideo y en Austria Sezessionstil.

El estilo simplificaba los múltiples estilos victorianos ornamentados y sobrecargados que abundaban. Estuvo influido por el Simbolismo, así como por el arte Celta y Japonés.

Ya sea que se interprete como arte o diseño, se caracterizó por formas muy estilizadas, curvas, planas, sinuosas y asimétricas, formas orgánicas, patrones decorativos rítmicos. Las figuras femeninas, animales y plantas eran motivos recurrentes, a menudo concentrados en flores, hojas, zarcillos, cabellos al viento y plumas. Los materiales eran también modernos y nuevos, se usó vidrio, peltre, hierro y planta, y colores tenues y apagados o bien llamativos y vivos, al estilo de los grabados japoneses. El movimiento incluía pintores, escultores, arquitectos.

Klimt fue el presidente de la secesión, se hizo famoso en Viena con uno de sus primeros cuadros: Auditorio en el viejo Burgtheater donde retrató en 1889 infinidad de personajes de la nobleza y alta burguesía. Toda la clase dominante buscaba encontrarse en él. La ubicación en las primeras filas era índice de status.

Podemos observar además cuadros suyos como: El Beso, Judith II, Serpientes de Agua, Vida y Muerte, Las tres edades de la mujer.

El Art Nouveau terminó extendiéndose por toda Europa y fue utilizado por ilustradores, arquitectos como Gaudí, diseñadores como Tiffany y Gallé en cristalería.

El Art Nouveau fue algo más que un estilo. Fue un modo de pensar la sociedad moderna y los mismos métodos de precisión, además de un intento de redefinir la implicación de la obra de arte.

Fue la idea de que un estilo podría ampararlo todo, desde los objetos cotidianos hasta los edificios y las bellas artes.

  1. Trabajo de Fin de Master de Historia del Mundo (Curso 2017-218) de Universidad Pompeu Fabra, de Laia Muñoz Osorio
  2. Cosas que hay que saber sobre Arte. Cap. 23, Art 5 y Secionismo, Editorial Ariel, 2012.