¿Por qué la droga hoy?
Fragmento de una clase dada en el Hospital Rivadavia en octubre de 2011
Dr. Alberto Álvarez
Miembro Titular con función didáctica A.P.A.
Introduciré el tema de la historia de las religiones y las drogas, para intentar pensar qué es lo que se debate cuando se dice “liberalizar el consumo de algunas drogas”. Como dice Gerard Pommier: el vino es la droga del cristianismo.
Los escritos más antiguos que se conocen sobre el consumo de cannabis proceden del emperador chino Shen Nung en 2727 a.J.C. Dependiendo de las culturas, se observa un uso profano o religioso. Se cultivó por primera vez en Asia y fue utilizada en la India en el 2000 a.J.C. en ceremonias religiosas donde se veneraba la planta, denominándola “fuente de felicidad y de vida”; las tradiciones brahmánicas posteriores consideraban que su uso agilizaba la mente, otorgaba salud y concedía valor, así como potencia sexual. Otros testimonios escritos sobre su uso en Oriente Medio datan del 500 a.J.C. y en estudios realizados por Creighton y Clay sugieren que en el Antiguo Testamento se hace referencia al cáñamo.
Comencemos por tratar de definir que es hoy una droga ilegal. Ilegal es la droga de otra cultura, una cultura ajena, de otro dios, todas las drogas ilegales excepto el paco o la pasta base, que son desechos de la industria, tienen que ver con un uso místico de otra cultura.
¿Y las drogas legales? El alcohol como dije es la droga legal del cristianismo y el tabaco se lo debemos al descubrimiento de América. Ahora bien no son las únicas, están las nuevas drogas, los sedantes, los somníferos, cualquier psicotrópico, las drogas de diseño, son productos de la industria son dados a nuestra civilización por sus científicos legales o no, pero para que entren en la cadena de consumo, ¿a qué dios corresponden? Será ¿al nuevo dios llamado mercado?
Independientemente de su origen tienen un objetivo en nuestra civilización: calmar la angustia y es un recurso más de la neurosis, la psicosis o la perversión, por lo tanto es un síntoma. Tampoco es una enfermedad sino que es una manera de lidiar con la angustia provocada por el deseo inconsciente.
Ahora bien, los medicamentos y las drogas sintéticas no cumplen con la función de las antiguas religiones excepto por la creencia actualmente tan difundida de que la nueva religión es la ciencia. Esta creencia induce que toda causa es orgánica, desterrando con el cognitivismo toda relación con lo inconsciente
Cada droga es legitimizada en cierta cultura dependiendo de su relación con lo sacro. Así se entiende por que las drogas tradicionales van perdiendo lugar en algunas culturas al mismo tiempo que lo pierden las creencias religiosas y por que el ideal que emerge es justamente la ausencia declarada de todo ideal. Esto se debe a que el mercado y las mercancías son lo contrario del ideal.
El ideal, sea cual sea: justicia, igualdad, libertad etc. se realiza porque es compartido por los hombres.
Esta entronización o negativo del ideal es algo que nos atañe a todos, implica una ruptura en el cuerpo social que se manifiesta como violencia y nuestro cuerpo también se deshace al mismo tiempo que el cuerpo social.
A medida que los ideales y las religiones caen se buscan nuevas máquinas de soñar de otras culturas incorporando nuevas drogas.
La incorporación de drogas de otras culturas, es un testimonio de la marginación de los ideales. Esta pérdida de ideales obliga a cada uno a construirse sus propios ideales. El asunto es que en la civilización actual estos ideales, privados, lo son: “privados de ideales fraternales”. Y esto sí nos enfrenta a una nueva angustia que antes se desconocía. Antes los dioses enunciaban las maneras correctas de gozar, las reglas y sus condiciones. Esta marginación de ideales religiosos tiene su efecto en una marginación del erotismo, del erotismo por ejemplo del que nos hablaba Bataille.
Entonces, el hecho de tomar drogas cambia radicalmente de sentido en la actualidad ya que ahora no es un puente para comunicarse con los dioses, sino un puente de comunicación entre los hombres. Ya no es un intermediario para arreglar las cosas con los dioses sino que intenta zurcir las dificultades del encuentro con el semejante. Digo zurcir, por que algo fundamental de la trama se agujerea, ya no se teje más. Con el semejante entra el deseo que ahora se abre en algo que es una nada, no hay urdimbre o es muy escasa. Es a partir de ese deseo sin nombre que los hombres buscan alivio en la sexualidad, pero la sexualidad a secas.
Lo paradójico de esto nuevo, es que nos provee de una libertad que antes nunca existió. Ahora bien el enfrentarse con esa libertad, el que nadie nos indique que está bien o que está mal nos empuja a la droga como una manera de enfrentarla, a la libertad, algunos lo pueden hacer con mayor o menor dificultad pero una inmersa mayoría no lo soporta, no soportan el carecer de alguna certeza que sostenía el ideal y buscan maneras de suplir esta carencia. En esto es importante en la clínica diferenciar si el uso de drogas en tal o cual sujeto es para suplir o para suplementar, ¿que cosa se intenta suplir o suplementar? Fundamentalmente nuestro cuerpo, la imagen de nuestro cuerpo, ya que sin ideales carece de consistencia y flota en el espacio.
Las presentaciones clínicas de estos cuerpos flotando y a la deriva, enfrentados a la violencia de las pulsiones y al apartamiento de los demás, son las depresiones. Esto provoca una retracción y regresión de las pulsiones sobre el cuerpo psíquico, enfrentándose con el organismo, empezando a tener existencia en la conciencia. Normalmente no sabemos que es, lo olvidamos. La representación que tenemos de nosotros mismos es justamente eso, una representación y oculta el organismo y sus manifestaciones. En general no tenemos registro de nuestras pulsaciones, del funcionamiento del corazón, de nuestros órganos. Con esta retracción de las pulsiones se abre un vacío entre el cuerpo psíquico y el organismo, dando lugar a la aparición de otra nueva angustia, que no existe cuando el cuerpo psíquico está en tensión gracias al lazo con los demás y recubriendo ese vacío.
La angustia proviene de tener que soportar el organismo, tener que soportarse a sí mismo, tener que soportar el erotismo.