Bullying, el deseo del maestro como salida a la violencia
Trabajo realizado a partir de la ponencia en el panel "Cuando de violencia se trata, los nombres que le damos hoy a los malestares en la escuela: del bullying a la convivencia", realizada en las Jornadas de "Psicoanálisis y Educación" del LII Symposium y XLII Congreso de APA del 2014 "Edipo: del modelo a la singularidad".
Freud nos muestra en su texto, El malestar en la cultura (1930), que no es posible hablar de satisfacción plena en el sujeto humano. Esta insatisfacción en lo individual nos lleva a pensar una sociedad siempre en relación con el malestar. Hemos pasado en estas ideas, del conflicto psíquico individual a lo social, donde el malestar por excelencia lo podríamos ubicar como violencia, en sus distintas formas de abuso. Violencia: Una forma de expresión del malestar en la cultura.
Hannah Arendt deja claro en sus textos de Qué es la política, que no se puede pensar, tal como la conceptualizamos, la libertad en el marco de una sociedad, pues el concepto mismo de sociedad se esgrime en detrimento del concepto de individualidad. Allí mismo donde Freud teorizaba las pulsiones insatisfechas por la exigencia de la normativa social, como derivación de la instancia superyoica individual, Arendt teoriza la imposibilidad de la libertad, en tanto es imposible pensar al hombre por fuera de la polis. Falta de satisfacción, falta de libertad que derivan en síntomas que podemos pensar tanto a nivel individual como a nivel de lo social. No encontraremos en nuestras escuelas felicidad plena, ni satisfacción. Y lo que se esboza acá como un pensamiento derrotista, se vive constantemente en la práctica docente.
Desde otra lectura, dirá Philippe Meirieu (2006), se agradece la presencia de la crisis que, para él, es señal de que estamos en democracia. Podríamos pensar desde una mirada psicoanalítica que es en tanto no se encuentre constituida la instancia superior homologable a la de un amo (como versión perversa de un padre), que las decisiones de una sociedad pueden ser tomadas democráticamente. Es en tanto que si esa instancia falta, que se produce la crisis que permite los movimientos de un pueblo en busca de mejores situaciones de vida. Cuando una sociedad se encuentra reglada por un discurso Amo (Lacan, Seminario 19), a veces en el extremo del fundamentalismo, la crisis es reprimida y se confunde un falso orden, con una estructura estable. En un vaivén que puede tomar forma de ciclo interminable la figura de la revolución puede llevar de un extremo a otro, siempre dentro del discurso del líder de turno.
La idea de crisis de Meireu, también la podemos poner a trabajar con la conceptualización del trabajo pulsional. La insistencia de la pulsión, nunca deja de insistir en la transgresión del dogma social, donde lo psíquico encarnado en la figura del superyó, se divide en una versión que instiga a un orden moral al mismo tiempo que a responder al imperativo categórico del goce, ya sea que se viva como proveniente de lo incorporado en el interior o del otro externo. Es en tanto que si la pulsión no se satisface, que un impulso inherente a lo individual y lo social puja por la realización de un deseo, siempre perentorio en su objeto, pero en tanto inmortal en lo social, lo que nos llevará a constantes movimientos de esos dogmas sociales, bajo los cuales nos ordenamos, nunca totalmente, para poder siempre conservar en lo más singular, la vida.
¿Cambian las formas de expresión del malestar a través de esas evoluciones? Diré sin demorarme en contestar que algunas son las de siempre: bullying, acosos, violencias de distintos tipos… Han existido siempre en la cultura humana.
No quiero diferenciar a modo de DSM IV estas formaciones, bullying, acoso, abusos, violencias… u otras…, que siempre tendrán que ser entendidas como emergentes de un malestar cultural, no epocal, aunque de acuerdo a la época, sus formas.
Ejemplo: en la película «Por el poder de Uno», del director John Guilbert Avildsen, se ve el bullying al que es sometido un niño inglés, por no ser un verdadero afrikaans, como se denominaba a los sudafricanos que buscaban la separación del gobierno Inglés, descendientes de familias que habitaban ese continente por generaciones. El bullying se juega en lo político, pues se trata de la búsqueda de libertad, de un país en los finales del colonialismo.
La situación internacional tiene su emergente en lo sucedido en una escuela. En la película «Millenium, Los hombres que no amaban a las mujeres», dirigida por Stieg Larsson, la situación no se reduce al marco escolar ni se trata de un simple problema de géneros. Podríamos decir que el bullying es sufrido por la protagonista, por la sociedad toda, por una apariencia dark, bajo la cual la protagonista se defiende de su propia historia. Su padre la había internado en un psiquiátrico por defender a su madre de las golpizas que él propinaba, amparado en el poder que tenía por ser un espía ruso de alto rango. Se trata otra vez de una situación política, esta vez, entre la Europa capitalista de la post guerra y la URSS, en épocas de la guerra fría.
¿Con qué lugar-poder-formación cuenta un maestro para modificar estas causas culturales en el comportamiento de un niño o conjunto de niños, cuando indico que estas conductas dependen a veces de las políticas de estado, o de conflictos internacionales? ¿Qué lugar-poder-formación puede tener un maestro cuando son las políticas del poder las que diferencian distintos tipos de ciudadanos, por ejemplo otorgando distintos roles a ciudadanos hombres y a ciudadanos mujer, o donde estas últimas ni siquiera tienen un derecho como ciudadanos…?
Me surge la pregunta respecto a la relación posible entre esa falta de libertad o insatisfacción, de las que hablaban Freud y Arendt, y la agresión que surge desde la no aceptación de las pequeñas diferencias ¿Por qué esa descarga de la insatisfacción se suele dar en aquel pequeñamente diferente? Señala Freud que sería seductor «…derivar de ese «narcisismo de las pequeñas diferencias" la hostilidad que en todos los vínculos humanos vemos batallar» 1, para orientarnos a buscar su causa directamente en el complejo de castración.
Lacan traducirá esta expresión por «terror conformista»2, en lo que se podría entender como una manera de negar la castración en su versión de «no todo», donde cualquier diferencia nos confronta al instante de su reconocimiento con la incompletitud o fragmentación de la que padecemos en muchos casos, angustiosamente.
¿Cómo concebimos las diferencias? Me remitiré a la forma en que hoy consumimos de acuerdo a la información de los medios de comunicación.
A veces la publicidad antibullying se mal interpreta, y donde debemos leer «no somos ni mejores ni peores desde nuestra diferencias», a veces se lee «debemos ser todos iguales», evitando el efecto angustioso de la diferencia y la castración. Muchas veces el efecto inmediato, de esta posición subjetiva lleva a eliminar las diferencias a nivel de la realidad, como podría ser el caso de Ali Mohammadian, que se rapa la cabeza para igualarse a un alumno enfermo que estaba siendo denigrado por quedar pelado, debido a una grave enfermedad. 3 ¿Pero es ese el rol docente? ¿Igualar a todos e igualarse a los niños? ¿Cae la asimetría docente-alumno, base de las teorías de enseñanza-aprendizaje? ¿O se trata en cambio de transmitir la aceptación de esa diferencia que en tantos seres sujetos al lenguaje, nos conforma?
A partir de la ley de educación sexual integral, el docente es responsable de acompañar a los niños en un desarrollo sano; niños sujetos de derecho; sujeto integral; integrado por una sexualidad y las políticas de estado y la cultura que desde lo macro hasta lo micro la determinan.
Pedimos a los docentes en las escuelas que eviten el bullying. Les pedimos que sean buenos docentes. ¿Alcanza, para impedir las emergencias de violencia que se presentan como emergentes de lo que finalmente obedece a cuestiones inherentes a la constitución subjetiva? ¿O les pedimos que sean también sociólogos, analistas… cuánto más les pedimos…? ¿Que sean también padres? El malestar en el aula como expresión cultural, ¿es responsabilidad de quién? ¿Quién tiene las herramientas para erradicarlo? Por ahora le pedimos al docente que lo arranque, mas si la estrategia no es precisa, dejará la raíz desde donde resurgirá al tiempo. No se trata de enseñar lo que está mal o bien, más acorde a un modelo de enseñanza moralista. Se trata de que la misma estructura subjetiva encuentre derivaciones para el malestar donde no se sancione a otro como extranjero a atacar. Que se canalice el encuentro de la otredad en aras de una posible elaboración, de la propia imposibilidad, impotencia, o castración, sin la salida angustiosa convertida en violencia. ¿Hay alguna forma de aprendizaje que llegue a la estructura del sujeto? A veces recurrimos al discurso amoroso (amar al prójimo como enseñanza religiosa), pero ese sólo llega al yo, y del amor al odio en ese nivel hay un solo paso ¿De qué trata erradicar el malestar en las aulas? Tal vez no de amar y no odiar, sino más bien de no temer las carencias que la presencia de otro diferente nos señala en nosotros.
En cambio algunos intentan erradicar el malestar rescatando el lugar de autoridad del docente, otros buscan una escuela donde se haya eliminado la idea de autoridad, y otros reclaman, ¡pero entonces nos quedamos sin herramientas para mantener el orden….! Aquí desde la idea de recurrir a la autoridad como modo de limitar malas conductas recurren malversando las teorías psicoanalíticas a un rescate de un padre en función de marcar límites.
Hay que revisar la idea de función paterna, donde tenemos que dejar de ver al padre de la ley, ley superyoica que ordena a la manera de un gozarás. Sabemos que la ley del superyó impone un «no serás como tu padre, debes ser como tu padre» donde la frustración de esta exigencia sólo genera más violencia.
Debemos entender la función paterna como la que pone límite a un discurso absolutista para dar lugar a que se genere un deseo, constitución de un sujeto que pueda derivar las insatisfacciones, sublimación mediante.
¿Cuáles son las herramientas con las que cuenta un maestro para acotar el malestar en las aulas? No me demoro en responder: La más exquisita herramienta con que cuenta un docente para acotar la violencia, es su deseo. Si éste se hace presente, podrá reenviar la angustia de sus alumnos en transferencia de trabajo. Ponerlos a trabajar.
¿Cuál podría ser el motivo por el cual impere el malestar en las aulas?
De todas las respuestas válidas posibles, retomo sólo una, que formulo en términos de: estamos escasos de deseo. Y ese malestar transmitido a los niños retorna en ansiedad, violencia, agresión verbal o física… copiada desde el juego o surgida desde las propias entrañas.
Los discursos absolutistas, más que marcar límites cumplen la función de matar el deseo. El discurso consumista de igualdad, igualdad de consumo para todos, es un discurso absolutista.
Hipótesis: el docente que se rapó, no fue por pelado como su alumno, que evitó el bulliyng ni por lograr que todos sean pelados como su alumno. Teorizo allí un maestro que logra ejercer su función porque se jugó singularmente un deseo. Cuando el deseo se logra poner en juego, será siempre una estrategia individual irrepetible, y logrará llevar al docente por un camino de ciertas posibilidades.
- Arendt, H. ¿Qué es la política? Buenos Aires, 2009. Ed. Paidós.
- Freud S. (1918 [1917]). El tabú de la virginidad. AE. V XI. E. Amorrortu.
- Freud, S. (1930 [1929]). El malestar en la cultura. AE. V XXI. E. Amorrortu.
- Lacan J. Situación del psicoanálisis en 1956 . En Escritos 1. Argentina 1985. Siglo XXI editores.
- Lacan J. El reverso del psicoanálisis . Buenos Aires, 1992. Ed. Paidós.
- Leonoticias . Nota del 5 de mayo de 2014. http://www.leanoticias.com
- Meireu, P. (2006). En su conferencia del 27 de junio del 2006, realizada en el Instituto de Formación Docente.
Referencias
- Freud S, El tabú de la Virginidad. (1918 [1917]) AE. V XI. E. Amorrortu. Pág. 195.
- Lacan J. Situación del psicoanálisis en 1956. En Escritos 1. Argentina 1985. Siglo XXI editores. Pág. 470.
- Bajado el 10 de noviembre de 2014 de: http://www.leanoticias.com/2014/02/05/un-profesor-se-rapa-la-cabeza-para-evitar-el-bullying-contra-uno-de-sus-alumnos/.