Rituales de iniciación en la adolescencia

Ana Rozenbaum, APA

Los rituales son una serie de acciones, realizadas principalmente por su valor simbólico. Están al servicio de permitir liberar tensiones, aliviar angustias, elaborar procesos de duelo, procesar frustraciones, etc., etc. Con diferentes modificaciones o adaptaciones se vienen ejerciendo a través de los siglos, ya sea en prácticas políticas, deportivas, recreativas, funerarias, de duelo, u otras.

En 1909 el antropólogo francés Arnold van Gennep acuño la denominación de rito de iniciación. Concepto que designa un conjunto específico de actividades que simbolizan y marcan la transición de un estado a otro en la vida de una persona. En ese sentido, el periodo de la adolescencia se constituye en una etapa privilegiada para desplegar estos rituales de iniciación, ya que se trata de un tiempo de cambios y transformaciones, tanto del cuerpo como psíquicas.

Es la época en la que surge la emergencia de la pulsión genital hacia la apertura de un mundo de sensaciones, y es el tiempo también, en el que se inscribe la reorganización narcisista, cuestionando el frágil equilibrio psíquico precariamente alcanzado hasta entonces.

Pasar de la conquista del objeto edípico al renunciamiento de esta meta de la sexualidad infantil, para encaminarse hacia objetos ni incestuosos ni parricidas, es un largo, difícil y tortuoso camino donde son muchos los que lo transitan recurriendo a rituales en la marcha hacia la iniciación en la vida genital.

Etapa por excelencia de práctica de rituales deportivos, religiosos, de graduación, masturbatorios, etc. Algunos realizados solitaria y secretamente, y otros consensuados familiar o socialmente.

Ejemplificación clínica:

Martín llega a la consulta en el tiempo de su florecer sexual, a partir de un confuso episodio de acercamiento sexual a un hermano 10 años menor.

Ya desde la entrevista inicial se refiere a la misteriosa Ciudad Oculta, una zona a la que él nunca fue, situada relativamente cerca al barrio en que vive, en el sector residencial de Flores.

Podemos preguntarnos: ¿Qué oculta la Ciudad Oculta?

Martin se masturba en secreto cada noche relatándose un cuento ideado por él.

Es sabido que la masturbación en el adolescente tiene que ver tanto con su integridad narcisistica como con su sexualidad.

El monta una puesta en escena cual acto teatral, que practica en secreto, con fantasías estereotipadas, adornadas de ilusiones narcisisticas.

El argumento debía repetirse siempre igual hasta en sus mínimos detalles. En ese sentido, guarda cierta similitud con los cuentos que los niños reclaman a sus padres al acostarlos a dormir, en esos rituales nocturnos que los progenitores saben que deben respetar totalmente. Generalmente el héroe de los mismos se corresponde con el iniciando, y su lucha contra un monstruo o villano con poderes sobrenaturales es una metáfora de la prueba iniciática.

El cuento creado por él tenia un protagonista llamado Sperman, un personaje gigantesco con forma parecida a la humana que venía de otro planeta y que aparecía rodeado de una inmensa bola de hierros retorcidos que parecían despedir fuego, además, se oían ruidos muy fuertes, como de explosión.

Sperman, ese personaje importante que llegaba desde otro planeta, representaba tal vez al seductor, al iniciador sexual.

Fue en ese tiempo y contexto que una noche en el country, donde compartía el cuarto con su hermano, estando acostado en la cama, escenario de su actividad erótica, y mientras practicaba el acto acariciando con su mano su pene erecto, que repentinamente su hermano menor se despertó y se quedo contemplándolo. Entonces él se le abalanzo encima. Luego diría: “Y bueno, estaba caliente, el pendejo se despertó y…, bueno…, me tenté…, pero no pasó nada, apenas lo toque, le dije que no se lo contara a nadie, pero…”

Y simultáneamente, en esa época ocurre un episodio de iniciación deportiva.

Él practica un deporte en el que finalmente logra ser federado. Al volver del primer partido en el que participó como titular tiene lugar el rito de iniciación del debutante.

Una ceremonia a la que tuvo que someterse cuando ya volvían en el micro: Debió bajarse los pantalones, quedarse agachado y permitir que por un rato le cachetearan y mordieran las nalgas hasta dejarlo marcado. Le dijeron además que las marcas deben conservarse durante quince días; de no ser así, la ceremonia se repite, y que lo revisarían periódicamente. Se sintió humillado, conmocionado, dolorido y…, resignado.

En este caso, federarse, pasar de suplente a titular, implicaba todo un recorrido por hacer sembrado de rituales.

Para finalizar:

Se podría inferir que el fantasma hermafrodita se oculta y acecha desde la Ciudad Oculta en ese periodo de organización yoica, de empuje pulsional y de definiciones identitarias sexuales, cuál es la adolescencia

Con su marca edípica a cuestas, cada joven la recorre hasta hallar su identidad sexual. A veces esa búsqueda transita por senderos más o menos tortuosos y en ocasiones es un verdadero laberinto, en el que es posible confundirse, extraviarse o desviarse.

Practicar rituales puede ayudar, tanto a conjurar los temores, como así también estar al servicio de liberar el deseo y conducir al hallazgo del objeto.