Modos de la intimidad

Carlos F. Weisse, APA

El concepto de intimidad por los trabajos que hemos leído padece de una cierta ambigüedad, si bien todos nosotros sabemos y operamos con la intimidad su delimitación es un tanto ambigua. Nosotros proponemos un intento de delimitarla un poco más para lo cual planteamos una estructura de la intimidad siguiendo tres registros desarrollados por Lacan. En el nivel del registro imaginario encontramos aquello que implica un interior en contraposición con un exterior. Este interior puede ser un ámbito (el interior de la familia), un contenido mental (el interior de la consciencia), un saber de grupo (una logia determinada), generalmente rodeado de secreto. Este sentido de lo íntimo se contrapone a lo público. Su ruptura involuntaria trae aparejada sentimientos de intrusión y desamparo, vergüenza, sentimiento de ridículo, sentimientos de amenaza o vivencias paranoides Lo íntimo tal como lo venimos desarrollando debe estar al abrigo de la mirada del Otro y desde un sentido teológico supone una posición atea que no admite ningún Dios omnipotente ni omnipresente ni omnisciente.

En el registro simbólico lo íntimo podemos definirlo como lo éxtimo, es decir lo exterior que se hace interior, nuestra intimidad nos viene del Otro. Es el proceso de internalización de ese Otro (involuntario y desapercibido) a través del cual uno se sujeta a ese Otro mediante un signo o rasgo que no es consciente y que lo determina sin saberlo. Es lo que se oculta y percibe en la sombra, es esa dimensión sexual, secreta que implica la existencia pulsional por la cual el mundo y lo interior se conectan con intensa carga libidinal. Su ruptura trae aparejados fenómenos de duelo, y de la serie melancólica.

Por fin en el registro de lo real la intimidad implica un total desconocimiento de si, una opacidad absoluta, algo que el sujeto desconoce y quiere seguir desconociendo, un negro total, un hermético secreto para sí cuya ruptura podría a nuestra manera de ver, desencadenar una psicosis. Con ruptura nos referimos a la efracción traumática de la intimidad, distinta al abordaje psicoanalítico.

Otra vicisitud posible y de sentido contrario de la caída de la intimidad aparece con el abandono voluntario de la intimidad, lo que da el título al libro de Paula Sibilia “la intimidad como espectáculo”. Justamente el convertir lo que anteriormente se resguardaba, sustraído a la vista de los otros, en un espectáculo a ser mostrado en internet y las redes sociales. Donde se estimula la hipertrofia del yo hasta el paroxismo. Esto puede dar lugar a mostraciones obscenas las que por repetición van perdiendo el carácter de tal, es decir, la obscenidad pasa a ser parte del paisaje cotidiano.

Un capítulo aparte merece la relación entre la intimidad y la economía capitalista. A la explotación de la intimidad marginal ya antigua (prostitución etc.) se agrega en los tiempos actuales lo que podríamos llamar la construcción secreta de la intimidad del Big Data. El Big Data es el control más eficiente de la intimidad de los usuarios de la red con fines de explotación económica, de los que estos no tienen noticias. Se develaron a nivel de WikiLeaks vastos sistemas de espionajes, a ciudadanos e incluso a países, con fines de seguridad, esto sería su equivalente con fines económicos.

“Le ofrecemos una visión de 360 grados sobre sus clientes”, es el slogan de Acxiom, la empresa americana de big data. Ciertamente el panóptico digital posibilita una visión de 360 grados sobre sus reclusos. El panóptico benthamiano está sujeto a una óptica perspectivista. De ahí que sean inevitables los ángulos muertos en los que los deseos y los pensamientos secretos de los presos pasan desapercibidos.

La vigilancia digital es precisamente más eficiente porque es aperspectivista No tiene la limitación que le es propia de la óptica analógica. La óptica digital posibilita la vigilancia desde todos los ángulos. Así elimina los ángulos muertos. Frente a la óptica analógica
perpectivista, puede dirigir su mirada incluso hacia la psique. 1

El Big Data es un gran negocio. Los datos personales se capitalizan y comercializan por completo. Hoy se trata a los hombres y se comercializa con ellos como paquetes de datos susceptibles de ser explotados económicamente. Ellos mismos devienen mercancías. El Big Brother y el Big Deal se alían, el estado vigilante y el mercado se fusionan.

La empresa de datos Acxiom comercia con datos personales de aproximadamente 300 millones de ciudadanos estadounidenses, esto es de prácticamente todos. Acxiom sabe más de los ciudadanos estadounidenses que el FBI. En esta empresa los individuos son agrupados en 70 categorías se ofertan en el catálogo como mercancías. Aquellos con un valor económico escaso se les denomina Waste, es decir “basura, los consumidores con un valor de mercado superiores encuentran en el grupo Shooting star, son dinámicos de 36 a 45 años, se levantan temprano para hacer footing no tienen hijos, están casados, les gusta viajar y la serie de televisión Seinfeld.2 Es decir la intimidad revelada por un algoritmo.

Ahora bien ¿Cuál es la implicancia de la intimidad en el tratamiento psicoanalítico? Es decir en el dispositivo psicoanalítico. En principio un sujeto que demanda análisis ofrece su intimidad sufriente, es decir sintomática a un sujeto supuesto saber para qué devele el enigma de su sufrimiento. Podríamos decir entonces que el motivo de esa búsqueda es una intimidad enigmática, una interioridad sufriente. Esto es una intimidad imaginaria que se expone a una escucha y no a una mirada.

Esta intimidad que se fue construyendo durante toda su vida con sus primitivos objetos deberá desplazarse y e ir suplantándose a otro objeto privilegiado que es el analista quien recreará la neurosis inicial en la neurosis de transferencia para que éste pueda acceder al develamiento de los sucesivos enigmas. ¿Podríamos hablar en ese momento de intimidad de transferencia? Si aceptamos esto podríamos pensar que estamos accediendo al nivel simbólico de la intimidad, es decir a la extimidad en el cual el objeto externo se convierte en lo más interno y viceversa.

Se accede así a todas las vicisitudes de la construcción de los fantasmas del sujeto que conforman así una intimidad ampliada en la que se va incluyendo el analista mismo. A medida que se van esclareciendo las repeticiones se va revelando la construcción de la intimidad original.

Y si el análisis continúa hasta su final tendríamos ese núcleo irreductible e incurable, el modo de gozar basal del sujeto que conformaría lo opaco del sujeto, lo irremediablemente desconocido de si, lo que denominamos intimidad real.

Bibliografía General

  • Han, Byung-Chung: 2014, Psicopolítica. Ed. Herder. Barcelona
  • 2013, La sociedad de la transparencia Ed. Herder. Barcelona
  • Lacan, Jacques: 1996, De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis Escritos 2, Siglo XXI, México
  • Seminario 3: Las psicosis. 1984 Paidós, Buenos Aires.
  • Seminario 5: Las formaciones del inconsciente. Paidós, Buenos Aires, 1994.
  • Seminario 7: La ética del psicoanálisis. Paidós, Buenos Aires. 2007.
  • Sibilia, Paula: La intimidad como espectáculo. 2008 Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires.

Referencias

  1. Han, Byung-Chul. 2014. Psicopolítica. Herder. Barcelona. Pág. 86
  2. Ibídem. Pág. 99