Poemas

Dicen las ancianas

Rishima Lemuria

Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta,
el aire estará más limpio,
el agua más cristalina
y los bosques más espesos.
Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta,
los picaflores nos cantarán al oído mil secretos de amor,
que los pingüinos harán las más bellas danzas,
y que los delfines nos darán la bienvenida.
Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta,
seremos libres de pensamientos antiguos,
libres del miedo al qué dirán los otros 
Y que seremos libres del apego material.
Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta,
la tierra estará llena de flores de los más hermosos colores,
que las mariposas volarán más alto
y que los olores serán más dulces que la miel de abejas.
Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta,
no hablaremos ni de patria ni de matria,
ni tendremos fronteras, ni apellidos, ni religión, ni banderas.
Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta,
Apagaremos la televisión para siempre y miraremos las estrellas todas las noches, estrellas que nos contarán la verdad, esa verdad sin pasado, ni futuro.
Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta,
nos miraremos sin vergüenza a los ojos,
y que nos tomaremos de las manos y que seremos una sola tribu, tribu de los seres humanos porque haremos menos y seremos más.
Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta,
iremos a correr por los cerros y subiremos montañas muy altas,
que reiremos a carcajadas y jugaremos y bailaremos como niños,
y que así la vida será un goce constante.
Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta,
llevaremos cada uno la más bella corona dorada, el más hermoso corazón
y la más pura mirada.   
Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta,
re-conoceremos el paraíso y el cielo en la tierra,
que caminaremos descalzos sin prisa y sin equipaje.
y que no buscaremos propósitos para vivir, sino que simplemente viviremos.


Y la gente se quedó en casa

K. O’Meara

Poema escrito durante la epidemia de peste en 1800

Y la gente se quedó en casa.
Y leyó libros y escuchó.
Y descansó y se ejercitó.
E hizo arte y jugó.
Y aprendió nuevas formas de ser.
Y se detuvo.
Y escuchó más profundamente. Alguno meditaba.
Alguno rezaba.
Alguno bailaba.
Alguno se encontró con su propia sombra.
Y la gente empezó a pensar de forma diferente.
Y la gente se curó.
Y en ausencia de personas que viven de manera ignorante.
Peligrosos.
Sin sentido y sin corazón.
Incluso la tierra comenzó a sanar.
Y cuando el peligro terminó.
Y la gente se encontró de nuevo.
Lloraron por los muertos.
Y tomaron nuevas decisiones.
Y soñaron nuevas visiones.
Y crearon nuevas formas de vida.
Y sanaron la tierra completamente.
Tal y como ellos fueron curados.