Sin clases por el coronavirus: qué hacer con los chicos durante los días de aislamiento
Claudia Amburgo de Rabinovich, APA
El Gobierno dispuso la suspensión de clases hasta el 31 de marzo en los niveles inicial, primario y secundario para evitar –o retrasar lo más que se pueda– la circulación activa del virus a nivel local.
Una de las principales recomendaciones es explicarles que esto es para ayudarnos entre todos. Estar tranquilos los padres y explicarles el motivo de la medida sin sobre informar, sino dando a cada niño la información acorde a su edad y a lo que cada uno pueda procesar, es una medida solidaria, y que por un tiempo tenemos que cuidarnos entre todos, resaltando que por otra parte se trata de una ley y que hay que cumplirla.
Un primer paso es legitimar y visualizar que si bien estas son medidas necesarias y que hay que cumplir, no por eso deja de ser una situación que en los hogares puede volverse muy difícil y tornarse caótica, para algunos padres está el plus de tener que estar con los niños en casa en situación de encierro, lo cual dista de cualquier situación que tenga que ver con las vacaciones que están asociadas a la libertad, debido a que nos estaban acostumbrados a dialogar, jugar, y pasar tiempo de ocio con ellos. Van a ser días difíciles y de aprendizaje para todos, hay que empezar por reconocerlo.
Los juegos de mesa, la lectura, cocinar y quien tenga espacio podría incurrir en hacer una huerta, si hay más de un niño se pueden pensar juegos juntos y es más fácil jugar con masas, dibujar, pintar para los más chiquitos.
Recurrir a la tecnología es muy útil, porque son muchos días y es lo que más entretenidos los tiene, ya que tampoco tendrán desgaste físico como para estar cansados, y también para no perder contacto con el entorno aunque sea virtual, que sientan que pueden estar en contacto a pesar de no poder encontrarse con amigos, abuelos. Va a ser muy difícil sostener límites exagerados; ser más flexibles con la play, la tablet o el celular para los que son más grandes hará que la situación sea más fácil para todos ya que ponernos muy estrictos en ese tema va a generar más caos y frustración.
Es recomendable tener una rutina, por ejemplo, dedicar las horas de la mañana a hacer la tarea que manden desde el colegio, y si no mandan, ayudar en las distintas tareas de la casa y poner a funcionar la creatividad, buen momento para ordenar, tirar y separar juguetes libros, etc. para donar. Como así también mantener rutinas de baño y sueño.
Claudia Amburgo