Y de psicoanálisis y cultura, parto difícil

Hugo R. Bianchi (APA)

El término cultura, que proviene del latín cultus, hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. En general, la cultura es una especie de tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. El psicoanálisis es una teoría del psiquismo humano desarrollada por Sigmund Freud, inclusiva de un espacio no consciente y que abarca sus relaciones con otros sujetos humanos.

La relación entre psicoanálisis y cultura es obvia porque la producción freudiana, a su vez, modificó la cultura de la época. Desde fines del siglo XIX el impacto del psicoanálisis, en Europa primero, y en el mundo después, introdujo ideas, lenguaje y producciones estéticas que han formado desde entonces parte de nuestra cultura.

Tal vez sea importante recordar que el joven Sigmund Freud, llegó a Viena con sus padres a principio de siglo. Una vez recibido de médico y dedicado a la investigación, Freud es depositario –de modo inesperado– del relato de su colega y amigo Joseph Breuer quien le cuenta que una paciente suya, una tal Anna O, lo abrazó en medio de la sesión, confesándole el amor que sentía por él. Breuer sorprendido ante la situación, huye del episodio y de la seducción, saliendo de viaje con su mujer. A su regreso le cuenta lo sucedido a Freud.

Aunque pudiéramos considerar que es una anécdota sin mucha importancia, ésta fue sin embargo, determinante en el interés de Freud y en el desarrollo del psicoanálisis. ¿Cómo dejar de pensar que la atracción erótica de Anna O. sufrida por Breuer no fue, simultáneamente, un aporte a la cultura de una ciudad que pocos años después entraría a combatir en la primera guerra mundial? Guerra que, recordemos, tuvo diez millones de víctimas.

La cultura europea en los primeros años del siglo XX se caracterizaba por la fuerte represión sexual que oprimía a sus habitantes. Lo que seguramente reforzó la curiosidad de Freud por el episodio mencionado. Por otra parte, el régimen político del imperio austríaco con un emperador anciano, que se apoyaba con dificultad en zonas de Europa que luchaban por obtener la independencia, es testigo en la ciudad de Sarajevo, en Bosnia-Herzegovina, del asesinato de Francisco Fernando de Austria y de su esposa Sofía a manos del anarquista bosnio, Gavilo Princip. Este hecho generó la que fue llamada la primera guerra mundial.

Mientras tanto, por esa misma época, Freud produce sus escritos clínicos y termina de escribir su artículo sobre técnica psicoanalítica. ¿Es posible pensar que la ola de crueldad desatada en este período esté totalmente separada del descubrimiento freudiano? ¿O ambos procesos se relacionan? La pregunta hasta acá es si cultura y psicoanálisis se relacionan o no? ¿Qué consecuencias podrían tener el odio y la crueldad sobre el pensamiento? ¿Es posible construir una cultura en medio de la crueldad definida por la indiferencia ante el dolor y la muerte del semejante? ¿Qué clase de cultura sería?

Sabemos que la cultura hegemónica se apropia de la herencia simbólica del pasado componiendo un claroscuro a partir de las exigencias del presente en las que se silencian algunos hechos y se mistifican otros. De allí la necesidad de rastrear las huellas de una memoria crítica ya que cuando el poder siente amenazado no duda en organizar formas de represión que terminan en masacres.

Resulta interesante analizar esta situación que podría ser paradojal. ¿Cómo luchó el psicoanálisis en el pasado para crecer en medio de un régimen canallesco? Vale recordar también que en el comienzo del siglo XX hubo otro genocidio en Turquía dónde fueron asesinados 1.500.000 armenios a manos de los turcos entre 1915 y 1918.

Podremos definir como cultura tantos hechos criminales cometidos precisamente en la misma época en la que el psicoanálisis se desarrolló. ¿Será que la cultura necesita de la muerte, o simplemente la incluye cómo un fenómeno más?

En el siglo XIX la familia de Freud viajó desde Moravia hasta Viena, perdiendo en el camino a casi todas sus mujeres y el mismo Freud sólo pudo escapar de los nazis a través del amparo aportado por otra mujer: Marie Bonaparte. La sistemática persecución de los judíos por parte de la Alemania nazi tuvo un profundo impacto en la familia. Cuatro de las cinco hermanas de Freud murieron en campos de concentración: Rosa en los campos de exterminio de Auschwitz, Mitzi en Theresienstadt, Dolfi y Paula en Treblinka .

La obra freudiana nace con la historia de amor de una loca y termina al fin de la segunda guerra mundial que causó más homicidio de civiles que el número de muertos de las tropas en combate.

¿Y ahora qué?

Muchos de nosotros nos formamos como médicos y luego como analistas en medio de gobiernos autoritarios y homicidas en alguna época de nuestra historia. Por un lado, tenemos muchos colegas cultos y afectuosos, hombres y mujeres. Pero me pregunto si nuestra actividad tuvo que ver con el entorno autoritario. Creo que es una investigación que nos debemos, así como explicarnos desde nuestro propio análisis qué efecto ha tenido esa alternancia de violencia y democracia en nosotros. Es verdad que muchos hemos encontrado en medio de las diversas épocas el amor, la sexualidad y hasta el amparo, formamos familia, con bastante amor.

Mientras escuchamos relatos de parejas encontramos, en muchos casos, la aparición de formas de violencia que sorprenden al analista. Imaginar cómo puede el amor, cómo puede el deseo erótico, transformarse en violencia, capaz de producir daño moral o daño físico, llegando en algunos casos a producir la muerte del otro miembro de la pareja (muchas veces la mujer) se abre la pregunta; ¿cómo puede transformarse el amor de manera tan sorprendente en odio? Pregunta que intentaron contestar Freud, Lacan, y otros.

Es difícil adivinar el futuro, pienso que lo que nos queda por hacer a quienes no apoyamos ni los crímenes, ni la violencia, ni la crueldad es seguir trabajando ya que nuestro trabajo crea cultura, del lado del amor… ¿Y el resto?