Psicoanálisis, escritura y literatura

El psicoanálisis es la práctica de una escucha peculiar; su peculiaridad reside en que lee lo inconsciente, función a cargo del analista. A su vez es la praxis de la escritura que realiza el analista en relación a las curas analíticas con sus pacientes. En este sentido el psicoanálisis es la práctica de la dupla: lector-escritor. También en el sentido de que lo inconsciente se escribe en la letra lo cual habilita la función del lector.

La escritura de casos clínicos la inició Freud con sus “historiales”; Freud valoró el hecho de que a cambio del esfuerzo de formalización y de transmisión, recibía una ganancia de placer. Placer y goce de leer, placer y goce de escribir.

Esta ganancia de placer el analista la comparte con todos aquellos escritores que gozan con su creación literaria, por ello podemos encontrar similitudes. La práctica de la escritura de casos por los analistas, genera una “literatura psicoanalítica” gracias a la cual se forman nuevos analistas.

La literatura, o sea, su escritura, consume su propia pasión, se alimenta de esa pasión y la desgasta.

José Fischbein escribe: “La escritura encierra un núcleo que quisiera exaltar: es la zona inmaterial compartida que nace en un entredós, entendiendo por tal al tejido vincular que se urde entre dos universos. El universo de quien escribe y aquél de quien lee lo escrito.”

La escritura de los casos sirve a la transmisión del psicoanálisis, pero a su vez los analistas escriben ensayos e investigaciones académicas que sirven a la expansión de la teoría psicoanalítica a otros campos disciplinarios.

La escritura siempre remite a un acto de creación, que se plasma en el arte literario y en la escritura ensayística, tal como lo plantean Sara Cohen y yo misma respecto de la escritura de tesis.

Susana Vinocur resalta el papel de la poesía y se posiciona como una analista para quien lo escrito le hace de marca. Con lo cual nos permite diferenciar entre escritura y lo escrito como aquello a releer cada vez de otra manera.

La Literatura es el arte de la palabra por excelencia, por lo cual se emparenta con el Psicoanálisis.

La escritura, que también condensa la tradición oral, recrea la imaginación y despliega la motricidad, por ello en este número destacamos los cuentos infantiles y la alfabetización.

Dice Schiavello: “El cuento en particular tiene una función organizadora para el niño y al mismo tiempo, abre un espacio en el que refugiarse, y desde allí crear, imaginar, fantasear ser otro viviendo otras historias.”

Marta Lago dice: Parecen dibujos, se refiere al proceso de alfabetización de todo niño que entre en la escolaridad.

Agradezco a Jorge Catelli la realización del video que encabeza este número y a José Fischbein las imágenes de sus cuadros.

Para terminar y para continuar pensando y escribiendo, reproduzco una frase que escribí en Documenta Laboris N° 12, a saber: Lo Real excede los límites de la escritura.

Mirta Goldstein, Directora

Mayo, 2020