El secreto de los sueños

Alegre Romano de Cataife, APA

Freud gustaba tomar breves vacaciones con su familia, y uno de esos lugares preferidos era la villa Bellevue, en la que solía vacacionar, allí tuvo el famoso sueño de la inyección de Irma, sueño siempre recordado por la comunidad analítica como la noche del 23 al 24 de julio. El 24 Freud dedica todo su esfuerzo a recordarlo, recuerda mientras lo desmenuza , y así crea secuencias, relaciona presente con pasado, reconoce sus emociones en relación a ciertos pasajes, sentimientos de culpa y dolor, y deseo de no sentirlos propios; trabajo de elaboración que llevó a cabo años antes de escribir el libro “La interpretación de los sueños.”

Por esa época, Freud se carteaba con Wilhem Fliess, amigo y confidente con quien comentaba sus hallazgos, referente también de sus ideas científicas, y en una de esas numerosas cartas le expresaba su anhelo de tener algún día una placa recordatoria de su descubrimiento. Por entonces, Freud estaba seguro de lo relevante de su descubrimiento, al que denominó la “vía regia de acceso al inconsciente”. Sostenía que una intuición de este tipo no la deparaba el destino varias veces sino sólo una vez en la vida de un hombre. Muy conmovido, se declaraba “absorto” con su descubrimiento, e imaginaba “que un día habrá una placa de mármol”…

Si bien el texto fue terminado en 1899 la casa editorial fijó como fecha 1900. ¿De qué trata este libro? trata de algo más que una teoría de los sueños, en el decir de Peter Gay biógrafo de Freud, “una autobiografía a la vez sincera y digna, tan cautivadora a la vez por lo que omite como por lo que revela”.

La publicación del libro no tuvo resonancia en la comunidad médica, más bien fue ignorado, mientras fue bien recibido y leído por la gente de la cultura de la época.

Distintos autores, estudiosos de la obra Freudiana escribieron: “Freud es a la vez el donante, el intérprete, el teórico y el narrador”, Elizabeth Roudinesco. Mientras James Strachey expresó: “fue el más importante de todos los descubrimientos obsequiados al mundo”.

Interpretar un sueño no requiere asignar una significación preconcebida a cada detalle, no se trata de develar un jeroglífico ni acceder a una sustancia o esencia oculta; la interpretación está en relación a pensamientos y emociones surgidas del propio tratamiento y la propia historia de vida, y es en él en el que encuentra el sueño su sentido singular a la luz de las asociación libre.

Los sueños de Freud que encontramos en el libro fueron soñados, además, para ser analizados y escritos; fueron una pieza decisiva para su autoanálisis, también contribuyeron a elaborar su relación con su padre e impulsar el destino de trascendencia que anhelaba.

La placa fue colocada en el Hotel Bellevue de Viena en 1977.

“Aquí, el 24 de julio de 1895 se le reveló al Dr. Sigmund Freud el secreto de los sueños.”