La otra escena de la escena de ficción
Patricia Licciardi, GEA. El psicoanálisis ha tomado nota de las grandes novelas y/o mitos como Hamlet, los hermanos Karamasov, Edipo rey, entre otros, y se ha nutrido de ellos para conformar su texto teórico.
Patricia Licciardi, GEA. El psicoanálisis ha tomado nota de las grandes novelas y/o mitos como Hamlet, los hermanos Karamasov, Edipo rey, entre otros, y se ha nutrido de ellos para conformar su texto teórico.
Mirta Goldstein, APA. Los psicoanalistas entendemos la escritura como una operación del inconsciente pues el mismo inconsciente es la escritura de los conflictos psíquicos, de las fantasías, de los deseos, de las palabras oídas y las imágenes vistas. O sea, que lo inconsciente funciona como un muro virtual donde se graban las experiencias, los traumas, los deseos los que quedan allí guardados construyendo la historia de cada quien, como pueden hacerlo las pinturas rupestres o los jeroglíficos.
Laura Katz, APA. Decidí entrar en la poética de Alejandra Pizarnik y me perdí entre sus poemas. Fue como iniciar un viaje en donde no existió un recorrido, tuve que romper un orden y lanzarme a caminar por lugares desconocidos.
Alicia Killner, APA. Podríamos empezar esta presentación retomando una proposición habitual en la entrada de los trabajos freudianos, la fórmula: “muchas veces se ha descuidado” tal o cual cuestión, aplicado a la sexualidad infantil, o al chiste, o a lo ominoso, siempre a algo en cierto modo fundamental y demostrable que no ha sido tenido en cuenta por las disciplinas “serias”. Freud toma el resto olvidado, lo desestimado, el residuo de la cultura para crear un discurso que le es propio y que hacemos propio luego, a nuestro modo.
Marta Lago, APA. La hipótesis de este trabajo propone que el trauma del analfabetismo, puede llevar a un sujeto a la indiferencia frente al sufrimiento humano, ambos, el analfabetismo y la indiferencia, son fenómenos sociales con causas y consecuencia que escapan al sentido, que duele y molesta.
Jaime Szpilka, APM. Estoy releyendo tres libros al mismo tiempo. Uno de Amos Oz, Una historia de amor y oscuridad, una bellísima biografía novelada de uno de los grandes escritores de nuestra época, que nos reconcilia con todo lo mejor que se puede imaginar para una convivencia amable y decente en la absurda lucha en el medio Oriente.
Gabriela Schiavello, APA ¿Qué somos los sujetos sino lo que contamos y decimos de nosotros mismos? Cuando tratamos de responder acerca de quiénes somos, esta pregunta acerca de nuestra identidad, comienza a escribir una historia. Todos somos narradores que estamos generando y re- escribiendo permanentemente historias. La identidad básicamente es una cuestión narrativa, es un relato, por esto podríamos decir que los sujetos somos como tramas y textos. Nuestra vida se organiza como una novela, “el cuento de la vida del sujeto”, ubicándonos dentro de una historia significante, en una escena en relación a distintos personajes, que conforma nuestra realidad psíquica.
Gloria Gitaroff, APA. Veamos cómo el psicoanálisis y la literatura están relacionados desde el nacimiento mismo del psicoanálisis. Freud dio a conocer sus descubrimientos en escritos que son verdaderas piezas literarias, debido a sus innegables condiciones de escritor.
José Eduardo Fischbein, APA A partir de mis incursiones en la escritura, y evaluando mi experiencia, propongo hacer algunas reflexiones sobre el tema. Pondré énfasis en algunas ideas desde las que intentaremos aprehender al fenómeno de la escritura. Fenómeno que en la actualidad se encuentra en constante revisión, cambio y evolución presentándonos exponentes que nos desubican frente a las concepciones clásicas.
Sara Cohen, APA. El proceso de la escritura no deja de ser enigmático. Yo me referiré al ensayo en psicoanálisis, ubicándolo como género literario. Podría hacer mías las palabras que escribió Giorgio Agamben en Autorretrato en el estudio, que dicen así: “Por impaciencia se escribe, por impaciencia se deja de escribir. Pero los frutos por impaciencia no logramos agarrarlos. Y esto está bien. La paciencia es tal vez una virtud, pero sólo la impaciencia es santa. Una impaciencia que se vuelve método. El estilo, como la ascesis, es el fruto de una impaciencia frenada.”