Anorexia como expresión del conflicto con lo femenino en la adolescencia
Sara Zusman De Arbiser, APA El cuerpo es el gran protagonista de la Adolescencia. Es el lugar donde se manifiesta el sufrimiento, un lugar de exhibición y escritura.
Sara Zusman De Arbiser, APA El cuerpo es el gran protagonista de la Adolescencia. Es el lugar donde se manifiesta el sufrimiento, un lugar de exhibición y escritura.
Amalia Socci, APA La cuestión parece centrarse en el Hoy. Ser hombre y ser mujer ¿es diferente de ayer a hoy? ¿Cómo eran los hombres y las mujeres antes? ¿Antes de qué? De qué depende el Ser, ¿quizá del Tener? He aquí la cuestión.Me permitiré recordar un poster muy conocido por los años 60 y que creo tiene total vigencia.
Liliana Denicola, APA El mito constituye la figuración de las pasiones, mundo de los dioses donde la pulsión concluye su camino de descarga en medio de escenas de amor, de odio, de celos, de envidia y traición que paradójicamente hacen de estos dioses seres esencialmente humanos.
Alberto Loschi Freud plantea que hay una sola libido y es de naturaleza masculina (fálica) tanto en su forma activa como pasiva, por lo que la diferencia masculino-femenino no puede reducirse a la actividad o pasividad. Por otro lado niega que haya representación de lo “femenino” en el inconsciente y, aunque se muestre ambiguo, tampoco puede equipararse fálico-castrado con la masculinidad o feminidad.
Gabriela Goldstein, APA A propósito del video. ¿En qué punto se entrecruzan Arte y Psicoanálisis dando lugar en la obra de Arte a algo de lo femenino? Un abordaje es el que propongo a partir del texto de Freud “Lo Ominoso” (1919) en relación con las artes visuales, el arte clásico y el arte contemporáneo, en especial con la obra de la artista argentina Nicola Constantino. Los conceptos psicoanalíticos que se desarrollan en dicho texto señalan recorrido y una mirada determinada de lo femenino.
Juan Pinetta, APA. Este es un simple ejercicio reflexivo ante la invitación a escribir sobre homosexualidad. Y empiezo sosteniendo que cuando las primeras impresiones afectivas han dejado en el sujeto marcas que lo vuelven un ser deseante de repetir ese encuentro, en un desplazamiento que lo remitirá a un otro que semblantee y reverbere de alguna manera ese origen afectivo y necesario, la lucha contra éstas se vuelven vanas, tal como Marguerite Yourcenar nos trae, transmutada en escritora que adopta un personaje masculino, Alexis, su tratado del inútil combate sobre ese acontecer en la vida de alguien que no puede negar más, mentirse más, ni a él, ni a su esposa ni al mundo, acerca de que las gotas arden sobre otras piedras calientes, muy alejadas del monte de Venus.
Lía Ricon, APA Un primer comentario ineludible es que homosexualidad hubo desde que tenemos registro histórico. Recordemos la lucha de los 300 espartanos tenidos por los mejores soldados al mando de Leónidas. En las guerras médicas contra Jerjes (480 a.C.) murieron heroicamente a mano de los persas en el desfiladero de las Termópilas. Se trataba de 150 parejas de homosexuales. En defensa de estos héroes pienso que no debían tener hijos en un tiempo en el que la tecnología no nos había ofrecido todavía sus avances para poder hablar de cuerpo gestante que no presupone necesariamente ser mujer.
Any Krieger, APA. El vacío que se siente ubica al sujeto contemporáneo en una búsqueda frenética y cuasi adictiva de rituales sexuales que nunca terminan de satisfacer. Es más una descarga impulsiva y compulsiva de una sexualidad, que antes era ubicada como perversa y que hoy podemos llamarla normal, por la generalización que se impone.
Agustina Fernandez, APA. Es mucho lo que ha transitado la sociedad en la aceptación de orientaciones diferentes a la hetero-sexual. La libertad con que se piensa hoy la diversidad sexual y la sanción de leyes que protegen a quienes la viven es un paso civilizatorio. Sin embargo, para nuestra sorpresa –y decepción-, el desconocimiento y prejuicio acerca de las homo-sexualidades persiste, hay quienes las entienden como conductas desviadas a ser corregidas o enfermedades a las que curar.
Mirta Goldstein, APA. La civilización no puede terminar de elaborar simbólicamente la diferencia sexual; hemos sido conformados por la diferencia entre femenino y masculino, pasivo y activo, fálico y castrado, varón y mujer; en esa conformación orgánica y psíquica nos igualamos en nuestras desigualdades por lo cual hay algo que resulta irrepresentable: la diferencia misma.